Hoy voy a hablar de los motivos que me han llevado a formar parte del Comité de Empresa del Personal Docente Investigador – Laboral (CEPDIL) de la Universitat Rovira i Virgili (URV). Desde principios de 2015 formo parte del mismo por la lista de CCOO tras la celebración de las elecciones sindicales en noviembre de 2014.
Este Comité representa ante la URV y la Generalitat de Catalunya a los profesores e investigadores que son personal contratado laboral (no funcionarios): catedráticos contratados, profesores agregados, profesores lectores, profesores asociados, etc. e investigadores diversos (predoctorales, postdoctorales, etc.). Se trata del colectivo más numeroso que además es el que tiene unas condiciones laborales más precarias e inestables.
Resultan inadmisibles los ataques que tanto la Generalitat como el Gobierno han llevado a cabo contra la Universidad en todo su conjunto. No solo se han recortado salarios y se ha frenado la contratación de profesorado sino que a la vez se han aumentado las tasas para los estudiantes de un modo que dificulta enormemente el acceso a unos estudios universitarios en un contexto global de crisis económica y desempleo generalizado.
Que te venga un estudiante y te diga que no podrá hacer frente a la matrícula del curso que viene es una experiencia vergonzante para cualquier docente. Pero más lamentable es que ese aumento de tasas no repercuta en la propia universidad. Otros compañeros han tenido experiencias similares. En las revisiones de examen se palpa la tensión porque repetir una asignatura supone un desembolso de dinero inaceptable para el estudiante y sus familias. Así no se puede ni estudiar ni enseñar.
No contentos con habernos impuesto desde hace años un sistema de acreditación que prima la publicación contínua de artículos basados en nuestras investigaciones frente a la docencia de calidad, la atención al estudiante y la investigación en si misma (no es lo mismo investigar que publicar artículos), nos impiden promocionar por ley y nos rebajan el sueldo poniendo a compañeros que llevan más de 10 años trabajando sin parar, viajando a otras universidades, impartiendo muchísima docencia, etc. en una situación de inestabilidad laboral y personal totalmente injusta. Encima nos evalúan personas que no tuvieron en ningún momento que superar ninguno de estos absurdos requisitos (muchos profesores funcionarios ni siquiera los cumplen) que pueden incluso perjudicar la conciliación laboral y familiar (a ver como te vas 6 meses a una universidad extranjera dejando a tu pareja e hijos aquí).
La entrada en vigor del Plan Bolonia (EEES) no supuso en absoluto un aumento de la contratación de profesorado o mejora de sus condiciones sino todo lo contrario: aumentó la carga de trabajo burocrática sin contraprestación alguna, la denominada «implantación de Bolonia a coste cero». Así, no es extraño que el estrés laboral, el burnout y otros riesgos psicosociales aparezcan constantemente en las conversaciones que mantenemos los profesores.
En ese sentido, he sido designado por mis compañeros del CEPDIL para formar parte del Comité de Seguridad y Salud, que se encarga de la materia de prevención de riesgos laborales en la URV. Además, formo parte del grupo de trabajo creado para llevar a cabo la evaluación de riesgos psicosociales a través del método ISTAS que incluirá a toda la plantilla. Esta evaluación es muy importante porque demostrará la existencia de riesgos psicosociales en la URV y se podrán tomar medidas. Ya no será una leyenda urbana ni una exageración de los que trabajamos aquí. De hecho, el último informe de la Sindicatura de Greuges de la URV (una especie de «defensor del pueblo» de la comunidad universitaria) indica que un docente ha solicitado orientación en materia de acoso psicológico o mobbing. Parece que el entorno universitario no está exento de este tipo de lacras que atentan contra la dignidad y los derechos fundamentales de los trabajadores (de otra universidad catalana me llegan informaciones de que se está investigando el acoso sexual a una compañera). En cualquier caso, desde el CEPDIL se prestará asesoramiento y acompañamiento a cualquier afectado que haga uso del Protocolo Antiacoso instaurado en 2013.
Por último, me gustaría señalar que tomaré medidas legales frente a cualquier represalia de cualquier tipo contra mi persona por la actividad que desarrollo como miembro del CEPDIL, especialmente por la defensa de los derechos fundamentales de mis compañeros. Sigo siendo fiel a mi costumbre por lo que no voy a dejar pasar ni una.
La relación entre empresa y sindicatos siempre suele ser, por lo menos tensa. En vez de haber una relación colaborativa entre ambas partes, en demasiadas ocasiones, lo que nos encontramos es una guerra encubierta. Evidentemente no voy a valorar si la culpa es de uno u otro, cada uno tendrá la suya y sus argumentos para defender su postura. Pero en las empresas debemos ser capaces de llegar a un equilibrio entre las necesidades del empresario y las de los trabajadores, representados por el sindicato. Como se suele decir en toda negociación, para que sea algo de futuro, las dos partes deben ganar algo, de lo contrario nos instalamos en el sentimiento de inequidad.
Un saludo.
JR
Hola José Silvano
Gracias por aportar tu punto de vista que para mí es muy importante debido a tu vasta experiencia laboral en estos temas.
En nuestro caso, nuestro mayor problema no es la propia universidad sino la Generalitat de Catalunya que es con quien se negocia el convenio colectivo, la que nos quita nuestro salario, etc.
Un saludo
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